Quiero que me veas tal y como soy,
no cómo tú crees que es mi personalidad vista bajo tu perspectiva.
Quiero ser libre, pero aspiro a que tu amistad me haga, todavía más
libre. Me cure de las heridas, me ayude a tener esperanza y me
enseñe que en la vida existe un camino claro, aunque muchas veces,
no sé muy bien, cuál es ese trayecto trazado.
No sé si la felicidad es una línea recta o un trayecto lleno de curvas.
¿Acaso la vida es una montaña rusa?
Quiero vivir en letras mayúsculas, como si no me quedase una gota
de oxígeno para mañana.
Me gustaría llorar, sin sentirme débil por ello. Sin tener miedo de los
peligros que se esconden en cada esquina del universo emocional. Es
difícil convivir con el eco del individualismo y el egoísmo social y
buscar, a pesar de todo, algo más allá, una verdad más profunda.
Quiero aprender, a ser mejor, para ser también, más feliz.
Para ello, necesito que me comprendas, en vez de juzgarme.
Necesito que me ayudes como si vieses en mí, algo que yo no veo.
Tal vez eso sea la amistad, algo divino, pero también, un bien
humano que hoy, comparto contigo.
Maite Nicuesa Guelbenzu
Doctora en filosofía