¿Existe alguna palabra que haya sido más utilizada dentro del diccionario emocional que “autoestima”? Seguramente no. Este término, al igual que el de “felicidad” parece omnipresente. Su uso excesivo, en vez de ser positivo, a veces, también puede resultar negativo porque la magia de las palabras se pierde a mitad de camino en medio de un alfabeto que no siempre tiene en cuenta todos los matices del ser humano, de la filosofía y de la psicología.
¿Cómo puedes aprender a hacerte la vida más agradable? ¿Qué hacer para sentirte mejor contigo mismo? ¿Cómo es la vida que de verdad anhelas?
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El crecimiento interior y la superación personal sólo se produce cuando una persona aprende a reflexionar sobre sus propias vivencias. Como bien explicó Aristóteles todo conocimiento comienza a partir de la experiencia. Nadie aprende por el simple hecho de vivir, sino que se debe hacer un uso adecuado de la inteligencia y de la voluntad.
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La autoestima está vinculada con el concepto que tienes de ti mismo. Este concepto está bañado en más de una ocasión por roles y estereotipos. Por ello, debes quererte a ti mismo dando más peso al criterio que tú tienes de ti. Es decir, no te dejes influenciar de una forma negativa por la opinión que terceros puedan tener sobre tu persona. Por suerte, nadie tiene un camino marcado, por ejemplo, personas que sufrieron mucho en su adolescencia, alcanzaron el éxito personal en la etapa adulta.
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La autoestima procede de uno mismo, sin embargo, este amor también implica saber elegir a las personas que quieres que formen parte de tu vida. En general, la vida es más perfecta desde la apertura anímica. Para ello, debes darte la oportunidad de aprender de aquellos que te rodean, saber romper un vínculo que es destructivo y no te aporta nada nuevo, hacer nuevos amigos y tener ilusiones. Existen personas que se sienten solas y no hacen nada por cambiar su situación. La comodidad resulta más sencilla, en apariencia, que hacer el esfuerzo de evolucionar y de crecer.
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Existen libros en el mercado literario que pueden ser de gran utilidad para los lectores. Autores como Jorge Bucay, Bernabé Tierno o Javier Urra son un referente.
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Apuesta por objetivos razonables, de lo contrario, puedes sentirte frustrado en medio de una meta lejana. Si de verdad quieres algo, trabaja por ello con un plan de acción real. Un objetivo debe de ser realista, cuantificable y medible.
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De forma curiosa, muchos expertos han apuntado que dar es mejor que recibir. Es decir, el ser humano se siente mejor consigo mismo cuando conecta con la generosidad. Las actividades de voluntariado aportan bienestar anímico y emocional.
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Las emociones se trabajan a través del autoconocimiento. Por ello, intenta vivir conectado con la alegría, la motivación y el placer en medio de la rutina.
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No te dejes influir por los dictados sociales. Ten personalidad y apuesta por tu libertad.
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La vida es sencilla, sin embargo, se complica mucho en medio del pensamiento negativo.
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El trabajo también es muy importante en la felicidad. Apuesta por tu vocación.
Doctora en filosofía