En los rincones escondidos de tu alma permanece la esperanza de ser feliz más allá de esa tristeza que inunda tu mirada de niebla y de frío. En medio de tu corazón dormido de nostalgia aún late con fuerza el instinto de alcanzar tu objetivo sincero de vivir con autenticidad. Más allá del eco que emana del pasado como una losa dentro de tu conciencia. Hoy, sólo quieres caminar hacia delante y afrontar el futuro como el mayor de los regalos. Un regalo de optimismo en forma de “ahora” que te renueva por dentro como la brisa de la mañana.
Vivir es mucho más que sobrevivir porque la existencia no se determina por la cantidad de tiempo sino por la calidad de tus vivencias. La vida es menos vida cuando pretendemos transformarla en una ecuación matemática. La verdadera sabiduría es práctica y la voz de tu corazón te conduce como una brújula hacia la serenidad de tu alma. Rodéate de compañeros de viaje que te potencien en la mayor de tus conquistas y aléjate de compañías poco favorables para embarcarte en aventuras que sólo pueden llevarse a cabo por personas nobles como tú. Destierra de tu mapa del mundo las relaciones que te hacen daño o que están basadas en la utilidad.
Espero que pronto te conviertas en un maestro en el arte de ser feliz y puedas animar con tu ejemplo a aquellos que enferman de tristeza, a aquellos que no consiguen abandonar la línea de la desesperación y desfallecen en la lucha. Una lucha que para ti, hoy, debe ser una fuente de motivación y una oportunidad para transformarte en cuerpo y alma. Porque en los rincones escondidos de tu alma permanece la esperanza de ser feliz más allá de todo sufrimiento. Tal vez, tu espíritu estaba aletargado y dormido en medio del frío del invierno y la indiferencia. Hoy, que ya es primavera en tu corazón despierto puedes sentir la brisa que inunda tus entrañas de magia, amor y consuelo. Ahora, ya no existen imposibles dentro de tu mente que te limitan y te atan a los abismos de ti mismo porque descubriste que ser feliz aquí y ahora depende únicamente de ti.
Maite Nicuesa Guelbenzu
Doctora en filosofía