Superar la dependencia emocional no siempre es fácil, pero con el tratamiento adecuado puedes lograrlo. El primer paso consiste en asumir que tienes un problema que necesita solución. No todas las relaciones son sanas y más a una edad adolescente.
Es importante que te hagas consciente de que tienes una dependencia poco sana hacia otra persona, una dependencia que te impide ser feliz y afecta a tu desempeño cotidiano, provocando malestar.
La dependencia emocional se produce cuando no tienes responsabilidad completa sobre tus sentimientos y tu autoestima y bienestar depende de otros, normalmente de tu pareja. La dependencia afectiva es una adicción hacia otra persona, una necesidad desmesurada del otro, que conlleva a renunciar a la libertad personal para emprender un camino que conduce a una felicidad ilusoria.
En su base se encuentra un patrón de necesidades emocionales insatisfechas que la persona intenta cubrir estableciendo una relación de dependencia afectiva. Como resultado, el dependiente emocional pone su relación con la otra persona por encima de todo, incluyendo a sí mismo. Esta persona no desea que nada se interponga en su relación, de forma que va abandonando paulatinamente sus aficiones y actividades diarias, para poder pasar cada vez más tiempo con el otro, hasta que llega a convertirse prácticamente en su sombra.
La persona que sufre una dependencia emocional busca la seguridad que le falta en el otro. Por ejemplo, en la relación con tu pareja, es probable que ejerzas un control excesivo y no aceptes de buena gana que haga nuevas amistades o realice actividades sin ti, porque demandas toda la atención para ti y, en el fondo, tienes miedo de que esas actividades le aparten de tu lado o necesitas su presencia para sentirte bien.
Para ayudarte a saber si sufres una dependencia afectiva, examina si tienes algunos de los siguientes síntomas o si estas situaciones te resultan familiares:
Estas son las características más comunes:
¿De dónde procede esa dependencia excesiva de la persona que está a tu lado? ¿Por qué necesitas a alguien para ser feliz?
Las principales causas de la dependencia emocional se gestan en la infancia. Cuando éramos niños no aprendimos a ser autónomos e independientes, y seguimos arrastrando carencias afectivas que no fueron satisfechas en su momento.
De hecho, la persona dependiente emocionalmente suele tener una historia marcada por la carencia de afecto. Durante su infancia, es probable que no haya recibido el cariño que necesitaba por parte de las personas significativas de su vida. En esos años, aprendió que para ser amado, necesitaba cumplir con las expectativas de los demás. Así, poco a poco se fue convirtiendo en un niño en búsqueda de atención, que se esforzaba por hacer las cosas bien, no solo para que le felicitasen sino también para obtener amor.
En muchos casos, las personas con una dependencia afectiva provienen de familias disfuncionales, con padres fríos y distantes emocionalmente o han sufrido un abandono, ya sea físico o emocional, por parte de uno de sus progenitores. Como no se desarrolló un apego seguro durante la infancia, el niño creció experimentando sentimientos ambivalentes, que después proyectará en sus relaciones como adulto.
En otros casos, se trata de personas que han tenido que enfrentarse a numerosos problemas desde pequeños y tienen la idea de que no merecen ser felices. De esta forma, han desarrollado una baja autoestima y creen que necesitan ganarse el reconocimiento de los demás a toda costa. A esto se le suma que, debido a las experiencias de abandono y rechazo, han experimentado la falta de control, por lo que al crecer necesitan controlar a las personas más cercanas, para evitar que estas le abandonen.
Como se sintieron solos y desprotegidos durante la infancia, ahora experimentan ansiedad de separación, miedo al abandono y temor a quedarse solos. En esos casos, la estrategia más común para lograr la seguridad, la protección y el cariño que necesitan, es la sumisión.
Por supuesto, más allá de las experiencias en la infancia, en la base de la dependencia emocional se encuentra una interpretación distorsionada del amor. Para estas personas el amor es sinónimo de admiración, posesión y apego obsesivo, en lugar de un intercambio recíproco de afecto en el que cada parte debe mantener su individualidad y libertad. Para las personas dependientes, amar significa entregarse al otro, hasta el punto de perder la individualidad, no comprenden que el amor maduro es aquel que enriquece a ambos y potencia lo mejor de cada cual.
La dependencia afectiva es un problema que se debe solucionar cuanto antes, ya que suele envolver a la persona en una espiral de negatividad que puede dar pie a otros problemas psicológicos. Algunas de las consecuencias más comunes de la dependencia emocional son:
El objetivo de nuestro tratamiento en Rubik es ayudarte a superar la dependencia emocional, que aprendas a valorarte más y que tu bienestar y felicidad no dependa tanto de otra persona. Nuestro proceso de terapia individual incluye técnicas modernas como EMDR, la relajación, cognitivo-conductual,…
A través de estas técnicas podemos acceder a tu inconsciente y descubrir esas experiencias infantiles que están en la base de la dependencia afectiva. Además, de esta forma podemos cambiar con mayor facilidad algunas de las creencias que alimentan este problema y eliminamos las emociones negativas vinculadas al mismo.
Si la dependencia emocional está provocando que tu relación se tambalee y necesitáis ayuda como pareja también podemos ayudaros.
En una primera entrevista gratuita sin compromiso uno de nuestros psicólogos podrá informarte de todas las posibilidades y orientarte sobre la más adecuada para ti.
Nuestro objetivo es que logres: