El TDAH es un trastorno heterogéneo y por lo tanto difícil de diagnosticar. De ahí la importancia de que se acuda a un profesional sanitario cualificado para realizar el diagnóstico que cuente con una amplia experiencia en el diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad; como tenemos en Rubik.
Los profesionales médicos deben realizar una historia clínica, compuesta principalmente por: anamnesis (mediante entrevistas) y exploración física.
Se trata de una entrevista clínica en la que el paciente (y en el caso de los menores, también los padres) proporcionan información sobre:
El embarazo, el parto, los primeros meses de vida… Esta información resulta importante debido a que se han asociado complicaciones como el consumo de alcohol, tabaco o drogas durante el embarazo con el TDAH.
Tanto en el paciente como en sus familiares. Se intenta descartar de esta forma un posible caso de TDAH u otro trastorno en los padres.
Cuándo se detectaron por primera vez, cuánto duran, en qué ocasiones se producen, cómo le afectan a nivel funcional. También se evalúa si existe acuerdo sobre los síntomas entre ambos padres, la comunicación entre el niño y los padres, los factores traumáticos…
Se trata de un estudio relativo a los trastornos de los antecedentes familiares del paciente. Principalmente, se centra en la investigación sobre casos de trastornos psiquiátricos en general en la familia, y más concretamente en casos de TDAH. Esta parte de la entrevista clínica es importante debido a la evidencia científica demostrada de los factores genéticos en el desarrollo del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
En el caso del adulto que no ha sido diagnosticado en su infancia, resulta más complicado realizar este estudio puesto que se debe remontar a mucho tiempo atrás para evaluar su comportamiento a lo largo del tiempo, y en muchas ocasiones el paciente puede no recordarlo con claridad.
Estas exploraciones son imprescindibles para descartar la presencia de cualquier enfermedad que pueda explicar los síntomas que presenta el paciente o que pueda contribuir a su presencia.
Por ejemplo, se debe descartar en casos de síntomas de déficit de atención, que el paciente no presente problemas de audición y visión.
El tratamiento del TDAH debería ser multimodal e individualizado, teniendo en cuenta al paciente y a su familia. El objetivo del tratamiento multimodal es disminuir los síntomas al mismo tiempo que se reducen las complicaciones derivadas del trastorno y el impacto negativo que puede tener en la vida de los pacientes y de su entorno.
El tratamiento multimodal del TDAH implica:
– tratamiento farmacológico (no siempre necesario)
– tratamiento cognitivo-conductual
– tratamiento psicopedagógico y psicoeducativo (padres y profesores)
De ahí que el tratamiento multimodal también se conozca como tratamiento combinado, ya que requiere varios enfoques y la implicación de diferentes profesionales.
Como ya hemos señalado, el tratamiento del TDAH debe ser individualizado. ¿Qué significa esto? Que el tratamiento no es estándar para todos los pacientes. Sino que se debe adaptar a las necesidades de cada uno de ellos. Se debe valorar la intensidad de los síntomas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, su contexto familiar y social y/o si existen otros trastornos psiquiátricos comórbidos asociados.
Por ejemplo, según lo estipulado en la Guía de Práctica Clínica sobre el TDAH en Niños y Adolescentes:
A) Se recomienda la terapia cognitivo-conductual como tratamiento inicial en los siguientes casos:
– los síntomas del TDAH son leves
– el TDAH tiene un impacto mínimo en la vida del niño
– existe discrepancia en la frecuencia e intensidad de los síntomas entre los padres, o entre los padres y profesores.
– el diagnóstico del TDAH es incierto.
– los padres no están de acuerdo con el tratamiento farmacológico.
B) Insiste en la importancia de la individualización en el tratamiento psicopedagógico y psicoeducativo en los casos de TDAH con repercusión en el ámbito escolar. Centrado en la enseñanza de habilidades y competencias académicas, que tengan en cuenta al alumno, sus puntos fuertes y sus puntos a mejorar.
C) En cuanto a las recomendaciones relacionadas con el tratamiento farmacológico, la Guía de Práctica Clínica indica en primer lugar que debe ser un profesional médico adecuadamente cualificado y experto en TDAH quien plantee el tratamiento, y en segundo lugar que se tenga en cuenta la edad del paciente, la gravedad de los síntomas, la repercusión funcional de estos y las características y preferencias de la familia.