Teoría y práctica se dan la mano en el corazón humano. Decir algo en un plano ideal puede ser relativamente sencillo. En cambio, expresarlo en la práctica resulta toda una utopía que implica valentía, sinceridad con uno mismo y ganas de vivir de verdad. Los sentimientos forman parte de tu vida, interfieren en tu mapa del mundo de una forma clara y directa.

Existen sentimientos que cuesta mucho expresar, sencillamente, porque a veces, están vinculados con el pudor en una sociedad que todavía arrastra una alta carga de ignorancia emocional. En este sentido, Luis Arbea, experto en Psicología Positiva, se convierte en un ejemplo a la hora de decir te quiero con relativa facilidad a aquellos que le rodean.

El enfado, la ira, la decepción puede ser también una carga pesada en esa mochila emocional que todos tenemos sobre nuestra espalda y que en algún momento debemos liberar. ¿Resulta fácil? Es mejor pensar que sí para no poner excusas y seguir viviendo del mismo modo. De lo contrario, nunca avanzaríamos en el camino de la superación personal. Seguiríamos en el silencio de no decir, qué nos duele, qué nos afecta y qué nos hace sufrir.

Quiero pensar que incluso cuando te duele el alma, hay motivos para seguir viviendo como bien explica Victor Frankl. Quiero creer, que en la vida hay caminos que van a alguna parte, aunque ni siquiera sepas muy bien, dónde. Necesito sentir, que en el mundo no estamos solos, que hay esperanza y que más allá de este individualismo, este egoísmo y esa aparente indiferencia en la que parece que es imposible llegar al corazón ajeno, existe un resquicio de luz. Porque todos somos diferentes, pero a la vez, todos somos iguales. Tal vez por ello, existen personas que te hacen cambiar de opinión, que marcan tu vida y tu realidad. Sencillamente, porque te hacen darte cuenta de que no eres indiferente.

Hablar con el alma. Sentir con el corazón. Y utilizar la razón para poner orden en emociones, valores y creencias que interfieren en lo más hondo de la conciencia. La poesía y la psicología, para mí, son más cercanas de lo que parece a simple vista, al menos, desde la magia de un papel en el que la conciencia se siente libre.

Te propongo un reto esta primavera: empieza a decir lo que sientes. Empieza a romper las barreras que te separan del resto del mundo. Hoy es un buen día para empezar de nuevo, más allá del vértigo que siempre supone dejar lo conocido. Tal vez, todos somos recolectores de almas. Por ello, busca aquellas que tiene luz. Busca aquellas que son de verdad y que de forma curiosa, no sólo puedes encontrar en el plano personal sino también, en el entorno laboral. Mucha gente se cierra puertas como si sólo hubiese un único lugar posible para conocer gente buena con la que compartir vivencias, experiencias, alegrías y miedos.

 Maite Nicuesa Guelbenzu

Doctora en filosofía