Ser cuidador es una tarea que muchos nos hemos encontrado a lo largo de nuestra vida, normalmente, cuidado a nuestros familiares y seres queridos. Es una labor digna que en ocasiones queremos hacer por el bien de la otra persona, pero que acaba pasando factura y desgastando al propio cuidador. Son muchas las enfermedades y problemas físicos y mentales que puede sufrir la persona a la que cuidamos; esto puede perjudicar nuestra propia salud y acabar haciendo que dejemos la tarea de cuidar a la otra persona.
Por eso, en este artículo te comentamos algunos riesgos que sufren los cuidadores, los problemas y los problemas que pueden padecer. Además, damos opciones para cuidar al cuidador y evitar que se descuide, a través de varias técnicas altamente efectivas, como son los grupos de ayuda para cuidadores.
Actualmente, en nuestro país, más de 1 millón de personas están en situación de dependencia. En torno al 80% de los casos es algún miembro de la familia, el que de manera autónoma se dedica al cuidado y a los gastos ocasionados por su familiar enfermo. Las Sociedad Española de Neurología afirma que el cuidado, exige de media, unas 70 horas semanales. Esto provoca que un 75% de los cuidadores sufra estrés y un 50% depresión.
La Fundación Alzheimer España (FAE) destaca que por cada paciente diagnosticado hay dos personas en su entorno afectadas por la situación. «El alzheimer es una enfermedad que no sólo cambia la vida de aquellos que la sufren, sino también la de sus familiares, ya que tras el diagnóstico se convierten en cuidadores que dedican una media de seis horas al día a su familiar«. Por ello, en torno al 54% de los cuidadores descuidan o abandonan las atenciones que daban a otros familiares. El 33% abandona el cuidado personal, como la peluquería o la alimentación, y muestra menos interés por otras actividades. Debido a esta situación, muchas personas pueden sentirse desbordadas y reclamar ayuda y asesoramiento a lo largo de su labor como cuidador.
Por lo tanto, debido a la situación a la que se ven expuestos los cuidadores, la tasa de incidencia de enfermedad entre ellos es muchos más alta que la del resto de la población. Además de un peor estado de salud, los cuidadores encuentras la mayor dificultad para conciliar el cuidado del mayor con su vida social, familiar y laboral.
Sobre el cuidado de la figura del cuidador, la mayoría de los expertos afirman que, estas personas deben llevar una vida saludable, con una buena alimentación, ejercicio, vida social activa y dedicar tiempo al cuidado mental. Sin embargo como cuidadores esto resulta difícil. No se suele contar con el tiempo necesario, y además tampoco se suele contar con ayuda para dedicarse a ellos mismos. Esto plantea serios problemas a la hora de cuidar al cuidador.
Para evitar el deterioro del cuidador, y mantener un buen nivel de calidad de vida, se debe aliviar la sobrecarga. Ésta puede reducirse mediante la inclusión en programas de intervención sobre el propio cuidador. Son programas con actividades y evaluaciones periódicas en las que las actividades que se realizan pueden ir desde la psicoeducación, a la intervención grupal o individual, pero todas ellas ayudarán a que la tarea del cuidado afecte lo menos posibles las demás áreas de la vida de la persona que cuida. Todo ello con el objetivo de que no aparezca la sobrecarga y de esta manera la calidad de vida de los cuidadores sea todo lo buena que cualquier persona se merece.
Si una persona que tiene a su cargo un familiar o allegado siente que el cuidado es demasiado y que necesita ayuda, éstos son algunos de los recursos que pueden encontrar y que permitirán cuidar a los cuidadores:
Consiste en sesiones de trabajo orientadas a enseñar a resolver las necesidades de cada persona para mejorar su propia salud. El profesional facilita conocimientos, herramientas y técnicas que conduce al cuidador a realizar el proceso de cuidado con unas bases teóricas y prácticas. Así el cuidado diario será de mayor calidad.
La enfermedad de Alzheimer y otras, suponen un proceso devastador para el que la sufre. Y de la misma forma, resulta destructiva para el cuidador. Los profesionales de la psicología pueden ayudar, tanto a enfermos como a familiares, en el proceso de adaptación y en el avance personal de la enfermedad, gestionando el proceso individual de cada persona.
Estos grupos están formados por personas que tienen una característica en común: son cuidadores de pacientes con un problema concreto. En estos grupos, los miembros se proporcionan feedback mutuamente. De este modo, se comparten e intercambian información y experiencias para buscar posibles soluciones a sus problemas.
Son beneficios que nos proporcionan las nuevas tecnologías. Estos medios permiten a la persona expresar sus ideas, vivencias u opiniones a otras personas que entienden la situación. De esta manera se puede compartir las dudas e inquietudes que puede generar el cuidado.
Cualquier persona que haya tenido a su cargo familiares que hayan padecido Alzheimer o cualquier otra enfermedad, estará de acuerdo conmigo en que los cuidadores son, en muchas ocasiones, los grandes olvidados a pesar de haber sufrido en primera persona angustia, impotencia, dolor, o desesperación, emociones y sentimientos que, también en muchos casos, hay que ocultar bajo una coraza para poder reunir las fuerzas necesarias que nos hagan seguir adelante y no desfallecer.
Desde aquí, quiero hacer conscientes a todas las personas que estén viviendo esta situación, que pueden pedir ayuda. No están solos. Existen multitud de recursos y entidades que ayudan a las personas que padecen alguna enfermedad o problema de dependencia. Si eres cuidador puede informarte en estos recursos, uno de sus mayores objetivos es ayudar a cuidadores y familiares.
Cada vez más personas necesitan formación para cuidadores debido al desgaste físico y emocional que esta labor requiere. Por eso desde Rubik ofrecemos la opción de mejorar la salud y el desempeño de aquellas personas que cuidan de otras.
Actualmente está incrementando el número de personas dependientes en España, ya sea por el incremento en el envejecimiento de la población, un 118% en 2017, o causado por algún tipo de disfuncionalidad que genere dependencia.
Si bien el sistema de salud destina recursos para la persona con la problemática en cuestión, encontramos cierto desamparo ante las personas encargadas del cuidado de personas dependientes.
La formación para cuidadores está enfocada a todas esas personas a cargo de personas dependientes, tanto profesionales como familiares. El objetivo principal es promover un buen desarrollo personal y cuidado del propio bienestar durante la actividad del cuidado gracias a nuestro riguroso sistema de formación para cuidadores.
Todas las herramientas trabajadas durante la formación van dirigidas en dos direcciones complementarias:
El incremento de la calidad de vida y auto-cuidado del cuidador repercute de manera directa en su labor, como vemos en la formación para cuidadores. Al estar en mejor predisposición para manejarse con la persona dependiente, mejora el bienestar de ambos.
La terapia parte de las experiencias personales de cada participante para dotar de herramientas y habilidades personales que faciliten su tarea como cuidador. Se trabaja desde el modelo de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), trabajando con los participantes elementos claves para dotarles de una mayor flexibilidad psicológica que les permita actuar acorde a lo más valioso en cada momento: sea en un momento de cuidado o personal.
Parte 1:
En primer lugar, se sientan las bases del cuidado y se da información acerca de los problemas de salud que puede generar la actividad de cuidado. Esto se realiza de una manera práctica y aplicada con el fin de identificar cuál es mi situación actual como cuidador y ajustar mi labor como cuidador.
Parte 2:
Esta segunda parte se centrará en trabajar con las barreras personales del propio cuidador que pueden estar afectando tanto en su labor como cuidador, como las que interfieren en su vida personal o ajena al cuidado.
Parte 3:
Por último, se trabajarán herramientas dirigidas al auto-cuidado y la conservación de la propia salud. Todo el trabajo con el objetivo de desarrollar un plan personalizado que se pueda aplicar a la situación particular de cada uno de los asistentes.