Muchas veces, la sociedad confunde la fobia con el miedo, y realmente tienen sus diferencias. El miedo es una emoción básica normal del ser humano: nos alerta de un peligro real y nos prepara para enfrentarlo o para evitarlo si fuera excesivo. Sin embargo, la fobia es un tipo de miedo que incluso la persona reconoce como ilógico y desproporcionado, llevándole incluso a evitar la situación u objeto que le causa ese tipo de miedo. Así, la diferencia más significativa entre el miedo y la fobia radica en que la fobia es irracional, incontrolable y limitante.
La Filofobia es un miedo exagerado a enamorarse y al apego emocional. La persona que la sufre siente una gran ansiedad ante la posibilidad de establecer relaciones afectivas, lo que le lleva a restringir su vida social para limitar y a desarrollar actitudes distantes frente a los demás
La reacción a este tipo de fobia tiene un componente diferente al resto. En las personas que la padecen, cuando no pueden evitar hacerse un análisis de sangre o sufren o ven una herida, en vez de activar la respuesta de ansiedad se activa una respuesta vasovagal que provoca una bajada de tensión que puede llegar al desmayo
Este tipo de fobia es muy común, y quienes la sufren sienten un miedo intenso a conducir, especialmente en autopistas, túneles o en días lluviosos, pudiendo llegar al punto de no sentirse capaces de coger un coche
Miedo intenso al ruido (globos, petardos, fuegos artificiales, …) que impide y limita acudir a lugares como fiestas, bares, lugares que no tengas control de la situación, …
La persona siente un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones específicas
La exposición, o incluso la mera posibilidad, al estímulo o situación temida genera una ansiedad muy intensa y de manera inmediata
La persona reconoce y es consciente de que el miedo y la ansiedad que siente ante el estímulo fóbico es desproporcionado
La persona intenta, de manera activa y consciente, evitar ese objeto o situación, lo que puede llegar a interferir en su vida diaria
Como ya hemos dicho anteriormente las fobias normalmente no tienen explicación y son irracionales. Pero, dependiendo del tipo de fobia, algunas veces si que pueden ser causa de algunos motivos o experiencias vividas. La fobia suele aparecer en la infancia, adolescencia o al principio de la edad adulta. Algunas causas pueden ser:
En muchas ocasiones las fobias son aprendidas. Pocas personas hemos vivido situaciones de peligro frente a arañas, polillas o cucarachas y sin embargo son algunas de las fobias más comunes. En estos casos, la respuesta de miedo la hemos aprendido de la reacción de otras personas significativas para nosotros
También es posible que miedos evolutivos normales, como puede ser el miedo a la oscuridad, no sean afrontados y superados y se conviertan en fobia con el paso de los años
Experiencias anteriores en las que la persona sintió miedo o ansiedad y no pudo sobreponerse a esas emociones o no supo afrontar de manera satisfactoria. Podemos encontrar este tipo de experiencias previas en las fobias a las alturas, a volar, a conducir o a hablar en público
La vivencia de experiencias traumáticas también puede hacer que desarrollemos una fobia. Si la ansiedad producida por esta vivencia no encuentra salida puede anclarse en algún objeto o situación para expresarse en forma de fobia
La intervención cognitivo conductual es la más extendida y con mayor eficacia en el tratamiento de las fobias específicas.
Lo más importante es que el profesional encargado de llevar a cabo la terapia, realice una evaluación exhaustiva para determinar el análisis funcional del miedo, para que así se determinen los determinantes de la fobia, qué factores mantenedores están presentes, cuáles son los estímulos que hacen que el miedo sea menor o no aparezca y en general, ver cómo se comporta el miedo en la persona y diseñar un plan de tratamiento personalizado.
No obstante, todo proceso de intervención debe de contener una serie de estrategias que son indispensables. Estas son:
Reforzamiento positivo de las conductas de aproximación al estímulo fóbico.
Procedimiento de exposición.